Cómo crear una rúbrica: una guía fácil para profesores
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La calificación a menudo puede parecer un juego de adivinanzas, y no es particularmente divertido. Además, ningún profesor quiere responder a un sinfín de preguntas, como «¿Por qué obtuve esta calificación?» Pero esta es la clave: una rúbrica sólida puede ser tu boleto para calificar tu cordura. Piense en ello como un truco genial para los profesores para aclarar las expectativas de los estudiantes, garantizar la imparcialidad y ahorrarle horas de confusión con las calificaciones. Entonces, ¿estás listo para hacerte la vida 10 veces más fácil? Analicemos los aspectos básicos de la creación de rúbricas en cinco sencillos pasos.
Paso 1: Analice sus objetivos de aprendizaje
Lo primero es lo primero: antes de profundizar en el meollo de las categorías de rúbricas o la puntuación, seamos realistas sobre lo que quieres de la tarea. La tarea es la luz guía para determinar los objetivos de aprendizaje de tu rúbrica. Si está claro, tu rúbrica también lo será. Porque, seamos sinceros, una rúbrica vaga es casi tan útil como un café descafeinado los lunes.
Por lo tanto, hágase estas preguntas para tener claridad sobre sus objetivos de aprendizaje:
- ¿Cuál es el objetivo real de esta tarea?
- ¿Qué debe destacarse en el trabajo de sus alumnos: claridad, originalidad, habilidades de pensamiento crítico u otra cosa?
- ¿Qué momentos con la palma de la mano (también conocidos como errores) está logrando que los estudiantes eviten?
- ¿Qué separa una tarea «acertada» de un «buen intento»?
Una vez que hayas establecido estos objetivos de aprendizaje, ya estarás a la cabeza en el juego de las rúbricas.
Paso 2: Elige tu tipo de rúbrica
Las rúbricas vienen en todas las formas y tamaños, al igual que las excusas de los estudiantes para hacer los deberes tarde. La idea es elegir la que mejor se adapte a tus necesidades de calificación. Estos son dos de los tipos más comunes:
Rúbrica analítica: Esta es la opción ideal para los profesores que desean comentarios claros y descriptivos. En la columna de la izquierda, indicarás los criterios de una tarea (como la precisión, la resolución de problemas o la presentación), con niveles de rendimiento como «Excelente», «Competente» e «Insatisfactorio» en los encabezados. Es perfecto para explicar a tus alumnos por qué su proyecto no obtuvo la calificación A+.
Rúbrica holística: Esta es la rúbrica «definitiva». En lugar de desglosar el proyecto en criterios individuales, asignarás una puntuación única en función de las expectativas generales. Te ayuda a calificar varias tareas con gran rapidez (¡ya no tendrás que cancelar esos planes de fin de semana!). Sin embargo, puede que no sea lo mejor si los estudiantes (o los padres) quieren una explicación detallada de esa B menos.
Paso 3: Enumerar los criterios de evaluación
¿Recuerdas los objetivos de aprendizaje que definimos en el primer paso? Aquí es donde los sacas a relucir y los conviertes en tu brújula de calificación. Usarás esos objetivos para desarrollar un conjunto de criterios específicos y mensurables para la tarea. ¿Tienes demasiados para contarlos? Agrúpalos en categorías lógicas y elimina todo lo innecesario. Por ejemplo, una rúbrica para un profesor de matemáticas podría tener este aspecto:
- Precisión: ¿Son correctos los cálculos?
- Resolución de problemas: ¿Los estudiantes mostraron su trabajo o sacaron una respuesta de la nada?
- Comprensión conceptual: ¿Pueden explicar lo que hicieron o simplemente siguieron una fórmula?
- Presentación: ¿Está organizado el trabajo?
Manténgalo simple y concéntrese en las habilidades que más importan.
Paso 4: Analiza los niveles de rendimiento
¡Tiempo de gol! En este paso, decidirás cómo calificarás el desempeño de los estudiantes según cada criterio. La mayoría de las rúbricas utilizan una escala de tres a cinco niveles (por ejemplo, 4 de nivel excepcional, 3 de nivel adecuado, 2 de desarrollo y 1 de nivel insatisfactorio), pero puedes ser creativo con porcentajes, números o etiquetas descriptivas. El objetivo es hacer que tu sistema de calificación sea claro, coherente y fácil de comunicar, ya que nadie necesita otra conversación en la que se diga «pero creo que lo he hecho muy bien».
Paso 5: Usa un creador de rúbricas
¿Quiere saltarse el complicado proceso de diseñar una rúbrica desde cero? Un creador de rúbricas puede hacer el trabajo pesado por ti. Esta práctica herramienta se encarga de la parte más difícil del diseño de una rúbrica (el pensamiento, la planificación y la lluvia de ideas) y te ofrece una rúbrica lista para usar y personalizable para cualquier tema.
No hay necesidad de pensarlo demasiado. Todo lo que tiene que hacer es introducir las instrucciones básicas en la herramienta, elegir entre los criterios académicos preestablecidos de la herramienta y listo, obtendrá una tabla de rúbricas personalizable en cuestión de minutos.
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